Una aventura como cualquier otra, un día una invitación llega, un punto de reunión ya conocido, llego. Música a todo volumen acompaña el local, cervezas circulando según pidan los clientes. Una, dos, tres, cuatro, cinco rondas, la música sigue, dos personas discuten, las voces se elevan, los intentos de calmar la cosa no terminan como se quisiera, TE VOY A ROMPER LA MADRE se dicen los dos, uno hace el otro, el destino no desea que se de este enfrentamiento, el tiempo lo dirá…
Algunas cosas pasan desapercibidas, pequeñas cosas que nos hacen vivir y que podemos dejar en el tiempo. Las letras nos mantienen en la eternidad.