En ocasiones no comprendemos que todo es un instante, un segundo y nada mas, aunque lo comente pareciera ser que no me ha llegado a la cabeza. Cada día una acción similar, altas velocidades acompañan el camino al trabajo. Cien o ciento cuarenta kilómetros por hora, rebasar a la menor oportunidad, cerca algunos barrancos que importan si es deber estar a la hora. En algunas ocasiones los frenos han sido un gran apoyo para detener la unidad a tiempo, regresar al sitio donde antes se encuentra uno para seguir la marcha. Así ha sido desde hace mas de dos años, solamente en dos ocasiones la había visto cerca, en un punto ciego ante una pendiente una camioneta sale como si no estuviera ahí unos segundos antes logrando meterse por segundos. Hoy fue el momento en que se vio mas cerca. Rebasando en un espacio corto, una auto se queda muy abierto pero la osadía llega a su limite, por mas que pensaba que se regresaría, no lo hace, se mantiene en su lugar, dejando el único camino a un barranco.
Algunas cosas pasan desapercibidas, pequeñas cosas que nos hacen vivir y que podemos dejar en el tiempo. Las letras nos mantienen en la eternidad.